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La sincronicidad del viajero

Antes de empezar:

Este es un post largo y es la primera vez que confieso lo que realmente me pasó en Croacia. Fue en este viaje que descubrí mi verdadera pasión por los viajes, me di cuenta que no podía pasar el resto de mi vida esperando por otra señal para realizar mi sueño de viajar y viví en carne propia la sincronicidad del viajero. Fue un viaje para procesar lentamente. 

Algunas veces sólo tengo una regla para viajar: «Donde caiga el dedo en el mapa». Esto fue lo que hice antes de llegar a Croacia.. ¿Croacia? Ni siquiera sabía dónde quedaba exactamente en el mapa, ni cual era el nombre de su capital, de hecho quería ir a Grecia pero verano + Grecia = Precios exorbitantes . Quería playa, algo diferente y que no estuviera tan lejos de Italia -donde ya me encontraba desde hace tres semanas- así que hice la ley del «tin marín» (donde caiga el dedo) y así fue como cayó en Croacia, la mejor decisión que la «suerte» haya podido tomar.

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UN VIAJE AL AZAR

No tenía ningún pre-concepto, ni negativo ni positivo, no sabía nada, más que formó parte de la guerra civil de Yugoslavia y durante años vivió muchos enfrentamientos donde murieron miles de personas.  Me gusta la historia, pero ésta tampoco fue motivo para visitar éste país. Durante días busqué la información habitual, ya saben, su moneda, idioma, ciudades a visitar, etcétera. Sin embargo, terminé aterrizando en la ciudad de Dubrovnik o «la perla del mar Adriático» como le llaman, porque fue el vuelo más barato que encontré, si, así de simple. Al parecer es un destino que se está dando a conocer y posicionando muy bien ante los extranjeros que buscan un destino diferente en Europa, pero un destino como Grecia por ejemplo, le quita todo el protagonismo, lo que hace de Croacia un destino económico y diferente.

Llegué desde Roma en el vuelo de la mañana, el cual estaba invadido de los típicos turistas gringos tipo «woww vamos a hacer la fiesta día y noche hasta más no poder» de esos «party hard until the sun comes up» (fiesta a tope hasta que amanezca). Hace unos años me hubiera unido a ellos pero los tiempos cambian -o más bien las personas- y ya yo no quiero estar en esos tropeles, ahora me gusta viajar y vivir el lugar de otra manera -ya estás vieja Lina, dirían mis amigos-.

Cuando llegué a la ventanilla de inmigración, me pasó lo que siempre me pasa cuando llego a cualquier país. Me da miedo. Si, siento miedo y me invento mis vídeos -¿Y si no me dejan entrar?, ¿y si me devuelven por X o Y motivo?- Siempre me pasa, no lo puedo evitar, esta vez sin ser la excepción mis miedos se apoderaron y pasó: Estuve más de 30 minutos en la ventanilla, las dos mujeres policías no me decían nada, solo miraban mi pasaporte y la pantalla del computador; todos los pasajeros ya habían entrado y yo quedé sola. Finalmente, ya cuando estaba fastidiada y con el calor típico del verano, me dejaron pasar.

Hasta el sol de hoy no sabía por qué me retuvieron tanto tiempo, hasta que descubrí que los colombianos NO podemos entrar a Croacia con la misma visa Schengen, sino que necesitamos otra, es decir, YO NECESITABA VISA PARA ENTRAR A CROACIA Y NO LA TENÍA ¿wtf? Yo busqué la información y me aseguraron que podía ir con mi visa francesa, pero al parecer no se puede, se necesita otra visa y punto. Si lo hubiera sabido nunca me hubiera atrevido a pisar ese país, pero las sorpresas que aveces te da la vida…

La sincronicidad del viajero, Croacia

La sincronicidad del viajero, Croacia

LA SUERTE ESTÁ ECHADA 

El aeropuerto se encuentra fuera de la ciudad así que tomé un bus para llegar a ella. Recuerdo que en la información que leí por Internet decía que costaría unos $250 HRK (Kunas) es decir unos 33,50€, pero para mi sorpresa -mi segunda sorpresa del día- tan solo costaba $38.1 HRK  es decir, 5€ -No se si ya lo notaron pero en este, mi primer viaje en solitario, toda la información que recolecté terminó siendo una mierda  un fiasco total- pero me cayó como anillo al dedo ya que justo antes de llegar perdí más de la mitad del dinero con el que contaba para mi viaje, no me pregunten cómo, aún yo me hago la misma pregunta -o más bien ya dejé de preguntármelo-, solo me quedaban 80€ para dos semanas de viaje y no tenía ni idea cómo iba a hacer.

Al llegar a la ciudad debía encontrarme en algunas horas con mi host de couchsurfing (en este post les cuento mejor lo que es) así que mientras esperaba me puse a caminar con un pizza en la mano (pizza y sandwich, las comidas salvadoras de todo viajero de bajo presupuesto). Finalmente, después de caminar por el casco antiguo como un zombie, ya que no prestaba atención a nada de lo que me rodeaba, estaba pero no estaba, me encuentro con quién me alojaría. Fuimos a Kupari, un pueblo al lado de Dubvronik y me invitó a la playa, me mostró el lugar, la persona era muy amable pero un caos total, había recibido a unas cinco personas al mismo tiempo y no sabía dónde los iba a meter para dormir. Yo estaba agotada mentalmente, no hubo química y no me daban ganas de quedarme ahí más que una noche.  Así que al día siguiente, muy temprano en la mañana, me despido y hago autostop para llegar a la ciudad. Por primera vez en mi existencia, me atrevo a hacerlo y me recogió una pareja de irlandeses que estaban enloquecidos por James Rodríguez (jugador de fútbol colombiano).

La sincronicidad del viajero, Croacia

La sincronicidad del viajero, Croacia

La sincronicidad del viajero, Croacia

En mi viaje por Croacia estaba pasando por un mal momento… mm como decirlo, sentimental, (del cual no daré detalles porque ya ni a mi me importa) y tenía ganas de irme, si, estaba rodeada de paisajes de postales y yo, quería regresar a París para «arreglar» mi situación sentimental, lo cual hizo que mi viaje en vez de disfrutarlo con todas las de la ley como se suponía que debía hacer, se convirtiera en una cuenta regresiva. Estaba en cuerpo pero mi mente en otro sitio. Ese día busqué cambiar el vuelo para regresar lo antes posible, no tenía dinero y quería llegar a los brazos de mi chico lo antes posible. Pero algo sucedió que cambió mis planes.

Antes de llegar ya yo había quedado con Luka, -otro chico de Couchsurfing- quien no me podía hospedar porque ya estaba comprometido con otra persona, pero se ofreció a mostrarme la ciudad y tomar algo juntos. Al día siguiente me veo con el y entre charla y charla le empiezo a contar lo que me sucedió, la pérdida del dinero, mi problema sentimental, lo aburrida que estaba, etcétera. Me pasó lo que nunca antes me había sucedido, sentí por primera vez en mi vida una conexión-amistad con un desconocido, como si nos hubiéramos conocido en una vida pasada y este fuese el reencuentro. Es difícil explicarlo, pero es como si en otra vida fuésemos los mejores amigos.

Me dice que su anfitrión le canceló el viaje y que el me puede hospedar sin problemas.

Alguna calle en Dubrovnik

Alguna calle en Dubrovnik

La sincronicidad del viajero, Croacia

La sincronicidad del viajero, Croacia

LA SINCRONICIDAD DEL VIAJERO 

Hay una teoría que dice que justo cuando necesitas algo que deseas con todas tus fuerzas, el universo se confabula a tu favor y aparece. No creía en esto hasta que llegué a Croacia y viví lo que viví. Sintetizo todo para ser más clara: No tenía dinero, estaba mal con mi pareja y quería regresar para solucionar todo, estaba a punto de cambiar mi pasaje de regreso cuando me dije -¡STOP! tu siempre has soñado con viajar, si estás acá es por algo, si estás viviendo lo que estás viviendo es por algo, todo puede cambiar- y fue ahí en ese momento cuando decidí quedarme, sin saber como sobreviviría sin dinero, sin saber cómo me movería por el país y sin saber si seguiría teniendo novio a mi regreso. Arriesgué todo sin saber lo que me esperaba (llámenme loca, ya estoy acostumbrada).

Desde ese momento, todo empezó a cambiar.  Los sucesos que contaré a continuación son reales y nunca antes los había contado por miedo al qué dirán -y también para evitarle un dolor de cabeza a mi mamá- pero a estas alturas, cuando por fin estoy cumpliendo mi sueño de vivir viajando y abrí un blog justamente para contar mi historia e inspirar a muchos a viajar, ya no me interesa un pepino la opinión de muchos.

Empecemos por el principio, ¿quién carajos puede entrar en un país sin tener la visa? Yo aún busco información y me pregunto cómo pude entrar a Croacia sin ser deportada.

Después conocí a Luka y por primera vez sentí una amistad sincera con un desconocido, quién me mostró la ciudad y me presentó con su grupo de amigos españoles para que «no me sintiera tan sola».

Seguido de esto, estos españoles trabajaban en una empresa de barcos turísticos que viajaban a través de las islas del Adriático y ¿adivinen qué? Yo viajé con ellos, conocí islas e islotes que no estaban contempladas en mi viaje. Nadé como si nunca hubiera visto el mar, me hice una herida en la rodilla ya que las playas de Croacia tienen erosiones de piedra caliza y en cualquier momento te topas con una de ellas, me quedó una cicatriz que amo y muestro con orgullo -«ésta me la hice nadando en Croacia»-. Salí con ellos a pasear, a conocer y todo sin liquidar mis migajas de dinero.

La sincronicidad del viajero, Croacia

Foto de pésima calidad pero no importa, nos vemos todos felices

La sincronicidad del viajero, Croacia

Llegando a alguna isla. Vista desde el barco

La sincronicidad del viajero, Croacia

Atardecer en el Mar Adriático

La sincronicidad del viajero, Croacia

Mi estadía en Dubrovnik estaba programada para dos días ya que también iba a Split y Zagreb y mi discurso era: -«bueno, hoy sí  me voy»- y cada día me salían con más y más planes, era imposible no quedarme.

Finalmente el día que decido irme, me invitan a cenar para despedirse de mí y esa misma noche «como por arte de magia» me intoxiqué, no podía conmigo misma, estaba a punto de terminar en el hospital y estuve obligada a quedarme dos días más. Llámenme cursi, pero el universo no quería que me alejara de esa ciudad, no en ese momento.

Otro día pasando por el viejo puerto, me senté en una banca a observar -sí, me gusta quedarme sola observando y reflexionando- y después de media hora, se sienta a mi lado uno de los dueños de un barco turístico.

-¿Are you from South America? (¿Eres de Suramérica?)

-Yeeesss, le respondo con timidez y con cara de «no quiero hablar con nadie»

-¡I knew it! I spent three months in Colombia, it’s my favorite country (Lo sabía, yo pasé tres meses en Colombia, es mi país favorito)

Ya se pueden imaginar mi cara, el hombre obtuvo toda mi atención. La conversación en resumen siguió algo así:

-¿De qué país eres?

-Antes de responderle, sonrío y le digo.. Colombia

-¡NOOOO! ¿Es broma? Yo hice base en Santa Marta y me recorrí toda la costa

-jaja ¡Yo soy de la costa!

La historia que me contó fue la siguiente: En su barco llegó hasta Suramérica y cuando estaba llegando tuvo un accidente, su barco casi se hunde y el casi muere. Fue en aguas colombianas donde lo salvaron, estuvo en el puerto de Santa Marta durante tres meses mientras le enviaban los accesorios para arreglar el barco y el asegura que gracias a la hospitalidad de los colombianos, sigue vivo.

Era la primera vez que volvía a ver a una colombiana -además de la costa- desde que pasaron los hechos y regresó a su país. Empezamos a hablar durante una o dos horas -no recuerdo- hasta que me invitó a hacer el recorrido en su barco alrededor de la Costa Adriática.

-¿Qué carajos…?

Lo pensé mucho antes de hacerlo, obviamente me daba miedo, pero toda esta situación tan random, todo el viaje en sí, las personas con las que me topaba, todo se fue dando para tener la confianza (y los pantalones) y aceptar la invitación. Horas después estaba haciendo un viaje por el que se paga, pero por ser colombiana, estaba viajando gratis o haciendo «barcostop» preferiría decir. Hice el famoso recorrido de «Games of thrones» -no soy fan de la serie pero muchas escenas se grabaron en esta ciudad y vale la pena ver los paisajes»-.

La sincronicidad del viajero, Croacia

La sincronicidad del viajero, Croacia

La sincronicidad del viajero, Croacia

Un plato típico del centro de Croacia. Carne de oso

Finalmente y para no alargar más este libro, me fui de Dubrovnik hacia Split en bus,  Y como si fuera poco, mi anfitrión en Split me invitó a viajar por la campiña del país, probé platos maravillosos ¿sabían que comer oso es tradicional en el centro del país? Yo lo probé y me gustó (lo siento si tengo lectores vegetarianos, no me maten), fui a parques nacionales, para después terminar en Zagreb y tomar el avión de regreso a París. A mi regreso tenía 30€ en el bolsillo.

Fue en este viaje donde me di cuenta que el viajar era lo mío, estaba en mi ser y no podía resignarme a hacerlo solo en las vacaciones. La persona que salía de este país no era la misma que había entrado una semana antes.

Lina Maestre
Lina Maestre
Soy Lina. Viajera, creadora de contenido, autora y emprendedora. Soy la que escribe, toma fotos y edita este blog. Nací en Colombia y he viajado en solitario y en pareja por más de 40 países. Soy autora del libro El Arte de viajar sola y la creadora de Ellas por el Mundo (una agencia de viajes para mujeres). Acá encontrarás relatos de viajes, consejos y guías de destinos e inspiración para tus viajes. Puedes ver mi día a día a través de Instagram.

7 Comments

  1. Carmen dice:

    Es increíble por todo lo que pasaste! Definitivamente el viajar está en tus genes, inspiras!! Gracias por este post, me transporté completamente. Saludos 🙂

  2. […] En Duvrobnik (Croacia) todo empezó con un mensaje para tomar un café con Luka, nos llevamos tan bien que terminé saliendo con el y su grupo de amigos. Al día siguiente me intoxiqué y gracias a el no terminé internada en un hospital. Mi estadía que estaba programada para dos días, terminó prolongándose una semana más. (La historia completa la puedes leer acá) […]

  3. […] lo transcendental que sería para mí y para muchos. Era mi primera vez en un trayecto tan largo (En Croacia lo hice por necesidad y fue un tramo corto), no tenía experiencia y entre más al norte, más fría y oscura la ruta. Al llegar a Rovaniemi […]

  4. […] una decisión un tanto irresponsable para muchos, pero la mejor que he tomado hasta ahora (haz clic aquí y puedes leer la historia completa). Fue gracias a ese viaje, donde me dí cuenta que viajar con poco dinero es posible, que el mundo […]

  5. camila dice:

    ha pasado mucho tiempo , pase mucho tiempo para escribir algo , he leido uno a uno tus articulos emprendere un viaje dentro de muy poco tiempo , tengo el corazon en la mano y el alma en mi meta . Es un suaño a lo poco o mucho planeado , Termine mi universidad y dejo a mis abuelos que son mis padres . Actualmente estoy trabajando y aun no se como decir que renunciare , quiero hacerlo ya pero aun me siento responsable de muchas cosas, soy infeliz en esa situacion , leyendote encuentro un consuelo a lo que muchos preveen para mi sera la peor decision , TU camino de las auroras me hizo llorar de emocion , colocandome en un año o dos en el futuro cuando de un paso en europa (primero sera norteamerica) , GRACIAS POR TANTO !!

    • Lina Maestre dice:

      Gracias a ti Camila por estar aquí y dejar que mis palabras sean un motivo de alegría e inspiración para alcanzar tus sueños. Te mando un abrazo fuerte

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