• Inicio
  • Sobre mí
    • ¿Quién soy?
    • Prensa y artículos para otros medios
  • Pensamientos en el camino
  • Blog
  • Contacto
    • Adresse mail
    • Facebook
    • Google
    • Instagram
    • Twitter
    • YouTube

Patoneando

Blog de viajes | Relatos de una colombiana dando la vuelta al mundo

  • Consultoría de viajes
  • Relatos
    • MI RUTA
    • África
      • Sudáfrica
    • América del Sur
      • Bolivia
      • Ecuador
      • Perú
    • VIAJES POR COLOMBIA
      • Patoneando por Colombia
      • Bogotá sin filtros
    • EUROPA
      • Alemania
      • Croacia
      • España
      • Finlandia
      • Francia
      • Holanda
      • Italia
      • Mónaco
      • Suiza
      • Turquía
    • Sin Manual Para Vivir
      • Hacer un documental
  • Ellas por el mundo
  • ayuda para viajeros
    • Consejos para futuros viajeros
      • Preparativos (y otros) de un viaje
      • Ideas para viajar barato
    • Info útil Y GUÍAS DE DESTINOS
    • MUJERES VIAJERAS
  • Consultoría de viajes
  • Relatos
    • MI RUTA
    • África
      • Sudáfrica
    • América del Sur
      • Bolivia
      • Ecuador
      • Perú
    • VIAJES POR COLOMBIA
      • Patoneando por Colombia
      • Bogotá sin filtros
    • EUROPA
      • Alemania
      • Croacia
      • España
      • Finlandia
      • Francia
      • Holanda
      • Italia
      • Mónaco
      • Suiza
      • Turquía
    • Sin Manual Para Vivir
      • Hacer un documental
  • Ellas por el mundo
  • ayuda para viajeros
    • Consejos para futuros viajeros
      • Preparativos (y otros) de un viaje
      • Ideas para viajar barato
    • Info útil Y GUÍAS DE DESTINOS
    • MUJERES VIAJERAS
Vous êtes ici : Accueil / Europa / Un viaje a dedo al Círculo Polar Ártico

Europa Finlandia Relatos de viajes

Un viaje a dedo al Círculo Polar Ártico

Hoy escribo por primera vez desde un escritorio en una cabaña, en Laponia, Finlandia. Para ser más exacta, desde el Círculo Polar Ártico, si, tan solo con leer el nombre se me congelan los huesos y ni para qué mirar un mapa, me recuerda lo lejos que estoy de casa y no se si me da alegría o nostalgia.

No sé exactamente que hora es, ya he dicho varias veces que nunca uso reloj y en estas dos últimas semanas he vivido varios cambios de horarios que ya ni mi celular se pone de acuerdo con mi computadora. Deje así. Siempre pierdo la noción del tiempo así como acá lo hacen durante el verano, en época de junio -julio cuando es el sol de medianoche y reciben luz todo el día, yo, por el contrario, estoy perdiendo la noción del tiempo en esta época de invierno, cuando el sol sale casi a las 9 de la mañana y a las 3 de la tarde empieza a oscurecer. No estoy acostumbrada a estos cambios de clima, ni mucho menos a no estar en el sol. He vivido varios inviernos, dos en Francia y mi primero fue en Nueva York, pero en ninguno de ellos había sentido en “carne propia” la oscuridad en su máxima expresión. Acá arriba a las tres de la tarde ya está oscuro. ¿Cómo será vivir en un lugar donde no haya la luz del sol durante varios meses al año? Yo ni me lo quiero imaginar, este cuerpo caribeño nunca se ha podido acostumbrar al frío por más que lo haya intentado.

EL SUEÑO: LAS AURORAS BOREALES

En esta última semana pasaron tantas cosas que no sé por dónde empezar. Como diría mi abuela, por el principio. Cuando era joven -aún lo soy, pero quería de verdad empezar por el principio- estaba leyendo una revista de viajes cuando vi una foto de las auroras boreales y pensé  que era un lindo montaje. Seguí leyendo y aparentemente la foto era real, sin maquillaje ni ningún photoshop. ¿Cómo era posible? Fue en ese preciso momento donde decidí que un día las vería en vivo y en directo para comprobar que eran reales. Era mi sueño y quería cumplirlo. Pero el problema de los sueños cuando eres joven es que creces, te dedicas a otras cosas y poco a poco te vas olvidando que existen, que están ahí, en algún lugar escondido en tu cabeza -y corazón- y después los llegas a ver taaan lejanos, tan irreales, tan locos y en este caso, tan costoso, que siguen pasando los años y la mayoría de las veces no se hacen realidad.

Hace unos meses decidí que no lo aplazaría más y lo haría realidad. Estoy en Europa, este año me voy de aquí y no sé cuando regrese, este es el momento. Motivación nivel mil. Me puse a averiguar precios por Internet: Vuelos, hostal -que en esta parte del mundo son tan lujosos como un hotel-, ropa para clima frío extremo y a eso había que sumarle larga estadía, porque las auroras son tan escurridizas y caprichosas que las puedes ver la primera noche de tu llegada o estar una semana sin tener suerte y no verlas. Valor tan solo por una semana, más de mil euros. Motivación nivel cero y este cuento se ha acabado. No, por ningún motivo iba a permitir que el dinero fuera la limitación y el asesino serial de mis sueños. 

TOMANDO CORAJE

A este “capítulo” no pude encontrarle otro nombre que se acomodara tanto a la situación. Tal vez hayan leído de muchas personas -mujeres en especial- que han recorrido kilómetros a dedo y solas. Yo las admiro profundamente porque no es fácil. Para mí lo más complicado era el lugar a donde me dirigía, muchos me dijeron que no lo hiciera, no por peligro, sino porque mientras más te acercas al norte la zona es desolada, fría y en esta época el sol se empieza a poner a las tres o cuatro de la tarde y podía quedarme sola, a oscuras en la carretera con el frío calándome hasta los huesos y si empezaba a nevar, mucho peor.

Antes de decidirme pregunté en varios grupos de couchsurfing (Haz clic aquí y te explico lo qué es) y en Hitchwiki.org (página guía para hacer dedo en todo el mundo) si era viable la idea. Obtuve respuestas negativas y otras positivas. Sin embargo, incluso los comentaros positivos me hablaban de lo mismo: carreteras desoladas, frío y oscuridad. Y al final me animaban con un “dale, vida solo hay una”, como odio esa frase, en especial cuando muchos la utilizan de escudo para hacer daño o emborracharse todos los fines de semana, en fin, los ánimos no eran muchos.

Esa noche hablé con mi anfitrión de couchsurfing y los comentarios fueron los mismos, con la pequeña diferencia que me tenía frente a él y notó mi cara de ilusión y a la vez de desilusión si no lo lograba. Ya había llegado tan lejos, ya había dormido tirada en el piso en aeropuertos, pasado noches y días enteros en buses  -mi cuello gritaba ¡Auxilio!-, me trasnoché noches enteras y aún me faltaban muchos kilómetros para llegar al norte y ver mis auroras (“MIS” porque era tanto el anhelo que ya eran mías).  Así que finalmente me dijo “si sientes que debes hacerlo, hazlo, pero sal temprano porque el tiempo está en tu contra, a las tres de la tarde ya oscurece y puede que empiece a nevar y nadie va a frenar”.

-Lina, llénate de coraje y decídete ya!… Listo, me voy al Círculo Ártico haciendo dedo. Ya está. Decisión tan fácilmente tomada como quién compra una gaseosa en la tienda de la esquina.

Mis únicos compañeros durante días, cansados igual que yo,esperando en la carretera

Una de las fotos que me tomé desde la ciudad de Rovaniemi para seguir subiendo

Una de las fotos que me tomé desde la ciudad de Rovaniemi para seguir subiendo

EL RECORRIDO

Las circunstancias hacen al viajero o eso leí alguna vez. No tenía planeado llegar a un lugar tan remoto y tan frío haciendo dedo. Tan solo imaginarme parada al lado de una carretera congelándome hasta las pestañas me aterrorizaba. Mi viaje tuvo dos intentos -fallidos- de irse a la borda, ambos por dinero. Lo que me gastaría en Finlandia, uno de los países más costosos de Europa me permitiría viajar por dos o tres meses más en algún otro lugar. Si a esto le agregaba el precio para llegar al círculo ártico, mejor ni soñarlo.

-Respira profundo, algo se te ocurrirá

Te preguntarás por qué no compré los pasajes con anticipación. Por el simple hecho que yo no puedo planificar con mucho tiempo, cuando estoy en movimiento a veces ni tengo fechas ni lugares fijos de llegada, viajo a mi ritmo y entre más despacio mejor. Estaba en Turquía cuando decidí que me iba por tierra, que solo tomaría un avión -porque en realidad salía más económico- y el resto lo haría por carretera. ¿Cómo? No tenía ni idea. Ya había leído varias veces que llegar al norte de los países nórdicos salía más costoso incluso que tomar un avión directo. Pero yo solo quería llegar, subir y ver mis auroras boreales. Es todo.

Debía llegar desde Turquía hasta el círculo ártico. Un recorrido que no hice completamente a dedo, sino que me la jugué y lo combiné. El resultado terminó siendo: Más de 40 horas en buses, 30 horas en aeropuertos -de las cuales no dormí unas 28-, llegué a Helsinki y de ahí mi objetivo era subir hasta la ciudad de Rovaniemi, conocida por ser la ciudad de Papa Noel y donde se encuentra la línea que marca el inicio del Círculo ártico.

                       
                                    Este era el recorrido que debía hacer durante varios días

LLEGAR A DEDO AL CÍRCULO POLAR ÁRTICO 

Al día siguiente entro a una papelería, me compro un marcador negro y hojas de papel. Escribo el nombre de la primera ciudad a la que debo llegar sentada en una banca con un hombre -que ya llegaba a la vejez- al lado mirándome de reojo. Miro nuevamente el mapa que me había imprimido mi anfitrión, hago cálculos en mi cabeza, me aprendo los nombres (algo impronunciables por cierto) y ciudades por las que tengo que pasar. Nunca he sido buena en memoria, pero la ocasión de supervivencia hizo que me aprendiera casi todas las ciudades por las que debía pasar. En serio, creo que ahora conozco mejor el mapa de Finlandia que el de mi propio país. Mochila al hombro, salgo del centro comercial y empiezo a caminar.

El problema de hacer dedo es que debes estar en la dirección correcta, en la salida de la autopista correcta sino de nada sirve. Para los que han leído varios de mis artículos saben que soy una despistada completa con los mapas y direcciones, pero si tu me lees por primera vez, pues bueno, vete enterando.

Miro el mapa, lo volteo, intento utilizar mi celular pero el frío me gana y no quiero sacar las manos de mis guantes, pregunto a varias personas. Tenía mi punto de referencia, el cual los locales no sabían como llegar ni dónde quedaba exactamente. Me detuve en una parada de auto bus para llamar a mi anfitrión y pedirle ayuda.

Esto me recuerda lo lejos que estoy de casa..

Esto me recuerda lo lejos que estoy de casa..

Mi felicidad fue indescriptible cuando crucé este lado del hemisferio

Mi felicidad fue indescriptible cuando crucé este lado del hemisferio

dedo circulo polar ártico-patoneando (4)

dedo circulo polar ártico-patoneando (3)

Cuando decidí empezar a subir haciendo dedo hasta el círculo Ártico, nunca me imaginé lo transcendental que sería para mí y para muchos. Era mi primera vez en un trayecto tan largo (En Croacia lo hice por necesidad y fue un tramo corto), no tenía experiencia y entre más al norte, más fría y oscura la ruta. Al llegar a Rovaniemi sentí que había logrado tanto que aún tenía deseos de seguir subiendo. Desde el punto donde estaba podía esperar y ver las auroras boreales, pero mi “yo” viajera-aventurera-extrema-interior quería continuar con el recorrido. Me dirigía a lugares inhóspitos donde pasaban uno o dos autos cada una hora. Era difícil y lo sabía.

Se me hace incluso difícil escribir este artículo, pienso en lo que hice, para algunos algo “muy loco” para otros “algo ejemplar”, cada uno tiende a formar sus propias decisiones y cada quién sabrá por qué me lee -o al menos por qué está leyendo este artículo-.

 

dedo círculo polar ártico-patoneando

Entre más subía, el frío se pronunciaba de manera más fuerte

Entre más subía, el frío se pronunciaba de manera más fuerte

Si pudiera relatar cada kilómetro recorrido, cada persona que conocí en el camino, cada desespero porque pasaba más de una hora y no pasaba ningún auto, hacía frío -mucho frío-, si pudiera relatar cada pequeño detalle, lo haría. Pero no quiero hacer de esto un libro ni mucho menos. Por eso, quiero solo enfocarme en el momento en que tomé la decisión, así como cuando decidí viajar por el mundo sola o dejar atrás mi trabajo, vender todo y venirme a Europa.

Así de importante lo fue para mí, porque hechos tan “insignificantes” como comprar un marcador y un papel, caminar, tomarme mi primera foto sosteniéndolo, suspirar, contener la respiración, pensarlo tres veces y decir: -Listo, aquí voy, no hay vuelta atrás-, y alzar el cartel a un lado de la carretera, marcaron la diferencia entre el antes y el después -como todas las grandes decisiones-, entre soñar y luchar para cumplir tu sueño, entre dejar el miedo y la pena y decidirte a llegar tan lejos donde muchos te dijeron que no podías. Este, fue mi primer gran viaje a dedo, a un lugar frío y casi inhóspito como es el Ártico, pero más que eso, fue (y aún lo es) mi viaje favorito, porque lo soñé, lo imaginé, me desistí a hacerlo, finalmente lo hice y en el camino lloré, me desesperé, estuve sola por horas, caminé kilómetros con mi mochila y el frío desgarrador como únicos compañeros, mis dedos sangraron, me pregunté si valdría la pena, quería regresar pero al final seguí, lo logré, llegué al lugar donde “no podía llegar a dedo” y seguí subiendo más y más al norte.

Entre más subía, mas frío, más nieve, más oscuridad y menos autos.

Las foto las tomé como pude. Debido al frío y mis guantes super gigantes, no podía hacer los ajustes

Las foto las tomé como pude. Debido al frío y mis guantes super gigantes, no podía hacer los ajustes

Gracias a Riin, la Estonania que me levantó cuando ya anochecía y me invitó a cenar y dormir en su casa

Ella es Riin, la Estoniana que me levantó cuando ya anochecía y me invitó a cenar y dormir en su casa

En el camino conocí y hablé con grandes personas e incluso una Estoniana me invitó a cenar y quedarme en su casa cuando a las tres de la tarde ya estaba completamente oscuro. Todo el frío y el cansancio, los kilómetros recorridos durante más de una semana, todo, absolutamente todo, valió la pena al momento de llegar, de cruzar la línea que divide los hemisferios y darme cuenta que una de esas noches el cielo me recibía con el mejor regalo que ésta viajera podía pedir: Las auroras boreales brillando en su esplendor.

Toda mi travesía tuvo una razón de ser cuando las vi por primera vez.

Toda mi travesía tuvo su razón de ser cuando las vi por primera vez.

La historia continua en modo de serie -por no decir de telenovela- donde relato el momento de ver las auroras y el cómo sigo en este lado costoso del mundo, sin gastarme un centavo desde hace varios días.

Si tienes un sueño, no te rindas, lucha por conseguirlo, por muy loco o costoso que parezca siempre hay maneras de alcanzarlos. No en vano tenemos el hermoso poder de soñar, porque podemos hacerlos realidad y entre más difícil y tormentoso sea la llegada, más disfrutarás y valorarás tu gran momento de felicidad.

Y tú, ¿Alguna vez has realizado un recorrido o pasado por una aventura para hacer realidad un sueño? ¿Has viajado a dedo sola? Dímelo en los comentarios y hagamos de este artículo una especie de inspiración para todos 🙂

Si te gustó o sabes de alguien a quién le pueda servir de inspiración no dudes en compartirla en los botones de aquí abajito.

QUIZÁS TAMBIÉN TE INTERESE:

  • Historias que no se venden: PamukkaleHistorias que no se venden: Pamukkale
  • La sincronicidad del viajeroLa sincronicidad del viajero
  • Un pueblo encantado en LaponiaUn pueblo encantado en Laponia
  • Cazando las auroras borealesCazando las auroras boreales
  • Facebook
  • Twitter
  • Pinterest
  • Google
  • Tumblr
  • E-mail
  • LinkedIn


32 commentaires

À propos de Lina Maestre

Soy la que viaja, escribe, edita y saca fotos en este blog. Viajo sola con mi mochila a cuestas, la cámara fotográfica para retratar lo que mis ojos deseen retratar, los cuadernos y lapiceros para escribir, comunicar y transmitir distintas realidades a todo aquel que me desee leer. Relato mis historias de viajes a modo de diario personal además de dar ideas y recursos a toda la comunidad latina que se sienta identificada con los mismos obstáculos al viajar: Dinero y visas.

« Historias que no se venden: Pamukkale
Cazando las auroras boreales »

Commentaires

  1. Rodrigo a écrit

    3 novembre 2018 à 11:53

    Me siento muy identificado con muchas cosas de las que pones. Es la misma experiencia pero estoy viviendo cosas similares. Dejé todo por lo que realmente creía, en este momento estoy solo, extraño muchísimo y leer tus palabras me da mucho ánimo! Queda menos para llegar a la meta!

    Ah, y también sueño con ver las auroras boreales! pero ya habrá tiempo para eso!
    Muchas gracias!
    Un abrazo
    Rodrigo de Uruguay

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      6 novembre 2018 à 06:30

      Hola Rodrigo. Muchas gracias por este mensaje. ¡Arriba la lucha por los sueños! 🙂 Un abrazo

      Répondre
  2. Camio Chaves a écrit

    11 février 2017 à 12:20

    Buena historia… me recordó a andré brugiroux, Frances que recorrió el mundo a dedo en los 70s, incluida finlandia y Alaska…

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      11 février 2017 à 16:53

      Me halagas! Lo llaman el viajero más importante del siglo XX. He leído mucho sus aventuras.

      Répondre
      • Giuseppevm a écrit

        30 novembre 2017 à 11:44

        Hola, interesante tu historia, te felicito, ese tambien es mi sueño, visitar el Circulo Artico, con la peculiaridad de que me gustaría vivir allí, claro, si las condiciones económicas lo permiten, el frío me encanta, dado que mis padres eran italianos y viví en Italia un tiempo, sin embargo, pienso que con fe y constancia todo es posible en la vida, soy de Venezuela, y cualquier información que tengas, te lo agradecería, recibe un afectuoso y gran abrazo…

        Répondre
        • Giuseppevm a écrit

          30 novembre 2017 à 11:47

          Gracias por compartir , tan maravillosa experiencia..

          Répondre
        • Lina Maestre a écrit

          30 novembre 2017 à 13:41

          Hola Giuseppe! Gracias a ti por visitar el blog! Justamente como u lo dices, con constancia y perseverancia los sueños se pueden alcanzar. Es cierto qe la vida es cara allá, pero si logras trabajar allá los sueldos compensan la calidad de vida. Un fuerte abrazo!!

          Répondre
  3. David M. a écrit

    19 novembre 2016 à 06:40

    Woooww Lina mucha dura. Necesitaba leer algo así… a veces me entran los bajones de vivir viajando solo y como que me quemo la cabeza pensando mucho y tu sabes que genera bloqueo… Ahora que estoy en Albania en un hostal totalmente solo puedo meditar sobre mi ruta.

    Hace poco traté de hacer dedo por primera vez en mi vida y no me fue muy bien. No me preparé. Literalmente no leí nada al respecto y pensé que era solo sacar el dedo y sonreir jajja primiparadas que dicen. Fue facil para mi decir “me voy de loco” pero luego el frio, la espera y la caminada con maleta al hombro y con hambre fue otra cosa.

    La aventura es lo que es porque es algo nuevo, pero aprendí que no es solo decir “me voy de loco” sino que si se necesita cierto plan y un poco de preparación (tampoco esperar que todo salga como uno espera). Hitchwiki es lo máximo y le pegaré más atención para la proxima vuelta.

    Gracias y un abrazo!!

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      19 novembre 2016 à 11:49

      Gracias por tu mensaje David! Bueno, la primera vez nunca es fácil pero al menos ya tuviste la experiencia, aprendiste y ya sabes qué errores no repetir la próxima vez. Viajar solo es una experiencia hermosa, difícil al principio pero después verás todas las ventajas. Un abrazo y muchos éxitos en tu próxima aventura! 🙂

      Répondre
  4. Andrea Bergareche a écrit

    4 janvier 2016 à 16:01

    Vuelvo a tu post, creo que por tercera vez. Mi vuelo a Helsinki que sale en cuestión de días y Google Maps abierto en la ventana de al lado, para buscar dónde diablos están los lugares que escribes en el cartel. Busco tiempos, distancias y vuelvo entonces a ver la foto de la carretera nevada. Realmente eres una valiente!
    Ya te contaré si al final hago dedo o no. Si ya la foto de la carretera nevada de tu post me da pavor, ahora en enero que solo va a haber tres horas de luz…
    En fin, ya te contaré.
    Gracias por la inspiración! Abrazote!
    Andrea

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      5 janvier 2016 à 16:03

      Hola Andre! Qué gusto que este post te esté inspirando tanto. Hasta yo misma vuelvo a mirar la foto y creo que es de esos momentos que solo pasan una vez en la vida. Espero que logres tu sueño de verlas, hagas o no dedo, el solo hecho de intentarlo vale un montón. Un abrazote y me estás contando 🙂

      Répondre
  5. Sofia Zavoli a écrit

    14 novembre 2015 à 04:47

    ¡No sabes cuánto te admiro! Yo también sueño con ver las auroras boreales, pero quiero verlas desde Islandia, últimamente tengo una gran obsesión con ese país <3

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      15 novembre 2015 à 16:37

      Si ese es tu sueño, dale con toda! Se que encontrarás la manera de lograrlo 🙂 Un abrazo

      Répondre
  6. Andrea Bergareche a écrit

    13 novembre 2015 à 21:21

    Lina, llego a tu post después de varios días con Finlandia dando vueltas en mi cabeza. El plan de las auroras boreales tomando forma y el problema de presupuesto, que ahora mismo está casi a ceros. Y entonces llego y te leo y es como un chute de adrenalina. Te leo y me imagino ahí en esas carreteras desérticas por las que aventuradamente transitas. La verdad es que hace falta valor, el frío es un desgastante enemigo. Mi admiración por ese valor y esa constancia, por esa forma de perseguir tus sueños.
    Ojalá pueda pronto seguir tus pasos.
    Un abrazo y felicitaciones por esta aventura y este logro personal! =)

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      13 novembre 2015 à 23:58

      Andrea, este comentario viniendo de una gran viajera como tú me halaga! Gracias! El frío, la noche y carreteras desoladas, todo fue desgastante pero valió la pena al momento de ver las auroras justo al frente de mí. Estoy segura que tú también lo puedes lograr pero ojo, no se te olvide ir MUY bien abrigada! Espero pronto leer tu historia y saber que lograste admirarlas también. Un gran abrazo!!

      Répondre
  7. lilian a écrit

    9 novembre 2015 à 06:23

    WOW!!! me encantó tu historia, sentí que estaba ahí, tmn es mi sueño ver las auroras boreales, gracias por inspirar!!
    saludos desde Mexico

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      9 novembre 2015 à 09:51

      Gracias a ti por leerme. Si es tu sueño, a luchar por alcanzarlo!! 🙂 Saludos

      Répondre
  8. Paula a écrit

    9 novembre 2015 à 01:50

    Lina, nunca he viajado a dedo sola porque le tengo pánico a los pervertidos. Te has topado con alguno, alguna vez???

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      9 novembre 2015 à 09:56

      Paula, que bueno verte por acá! En realidad solo he hecho dedo unas cuantas veces y nunca me ha pasado nada malo ni he pasado por ningún susto. También depende mucho de tu intuición, pero si te da miedo intenta las primeras veces acompañada, ya verás como se va dando. Un abrazo

      Répondre
  9. David a écrit

    8 novembre 2015 à 21:01

    Sencillamente espectacular historia y espectacular paisaje. Un abrazo enorme y caluroso juana -lo necesitas-, te felicito!!

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      8 novembre 2015 à 21:51

      jaja gracias primo.. Si, lo necesito y bastante! Un abrazo de vuelta 😉

      Répondre
  10. Clé Clé a écrit

    8 novembre 2015 à 16:57

    En una palabra: INCREÍBLE!!!!!
    Felicidades Lina 😉

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      8 novembre 2015 à 21:51

      Gracias por estar pendiente Clé Clé 🙂 Abrazo

      Répondre
  11. Liliane a écrit

    8 novembre 2015 à 01:57

    Simplemente admirable Lina! Tener coraje es una de las cosas que más cuestan y más aún mantenerse en pie apesar de la dificultad. ¡Te felicito enorme! Creo -como una de tus lecturas- que este ha sido uno de los viajes más memorables para ti porque te costó, porque lo luchaste y porque finalmente luego de tanto esfuerzo y de tantos “ups and downs” viste tus amadas auroras boreales y cumpliste un sueño.
    Sigue llenándote de coraje, de lucha, de amor, de inspiración para todos esos viajes que finalmente lo que harán es llenarte el alma.
    Un abrazo enorme!

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      8 novembre 2015 à 21:54

      Hola Liliane, gracias por todo! Sin duda alguna, hasta el momento este ha sido mi viaje más difícil y por lo mismo, el que más me ha marcado. Gracias por estar del otro lado y por tus palabras de animo. Un abrazote

      Répondre
  12. nereyda a écrit

    7 novembre 2015 à 23:02

    Ejemplo contundente para tus lectores. Felicidades!

    Répondre
    • Lina Maestre a écrit

      8 novembre 2015 à 21:49

      Muchas gracias 🙂 Un abrazo

      Répondre

Trackbacks

  1. Bogotá sin filtros |Patoneando blog de viajes dit :
    7 juin 2016 à 20:17

    […] eso publicado en patoneando. Entonces fui ahí cuando me di cuenta que no hay necesidad de llegar a dedo al Círculo Polar Ártico, ni viajar sola a países musulmanes ni vivir en una isla en medio del Mediterráneo para relatar […]

    Répondre
  2. Las mejores entradas del 2015 dit :
    29 décembre 2015 à 10:25

    […] Un viaje a dedo al Círculo Polar Ártico […]

    Répondre
  3. Workaway Viajar barato trabajando | Patoneando dit :
    25 novembre 2015 à 22:23

    […] el más memorable y en mi gran éxito personal. Recorrí muchos kilómetros a dedo en temperaturas bajo cero para llegar al Círculo Polar Ártico y finalmente fui a parar en un hotel en medio de la ruta de un pueblito llamado Kaamanen. La dueña […]

    Répondre
  4. Un pueblo encantado en Laponia | Patoneando dit :
    17 novembre 2015 à 21:39

    […] de llegar al Círculo Ártico haciendo dedo, cazando las auroras boreales y finalmente recibir la mayor recompensa -literalmente- que el cielo […]

    Répondre
  5. Cazando las auroras boreales | Patoneando dit :
    11 novembre 2015 à 18:05

    […] Para entender bien la importancia de este artículo y de todo lo sufrido para llegar a cumplir este sueño, te recomiendo leer la primera parte: Un viaje a dedo al Círculo Polar Ártico  […]

    Répondre

Laisser un commentaire Annuler la réponse

Votre adresse de messagerie ne sera pas publiée. Les champs obligatoires sont indiqués avec *

Ce site utilise Akismet pour réduire les indésirables. En savoir plus sur comment les données de vos commentaires sont utilisées.

Sobre mí

¡Hola! Soy Lina, la chica que viaja, escribe, saca fotos y edita este blog. Vivo viajando desde el 2014 y escribo este blog desde el 2015. Recorrí Sudamérica sola y a dedo durante dos años y en el camino conocí a mi actual pareja. Me encuentro recorriendo Europa.

Soy Administradora Hotelera y Turística de profesión y viajera de oficio.
Leer más

Sigue el día a día del viaje por Instagram

Suscríbete a mi Lista de correo

¿QUIERES VIAJAR Y NO SABES POR DÓNDE EMPEZAR?

Suscríbete a mi lista de correo y recibe GRATIS como regalo de bienvenida mi Ebook sobre Cómo organizar un viaje más un CHECKLIST de regalo

SÍGUEME EN FACEBOOK

SÍGUEME EN FACEBOOK

SÍGUEME EN TWITTER

Mes Tweets

REDES SOCIALES

  • Facebook
  • Google
  • Instagram
  • Twitter
  • YouTube

COTIZA AQUÍ TU SEGURO DE VIAJES

ENTRADAS RECIENTES

  • Guía para hacer la ruta de Navidad en Alsacia
  • 40 cosas que ver y que hacer en Berlín
  • Viajar y comer saludable ¿Es posible?
  • Soweto: icono de la resistencia contra el apartheid

LO MÁS LEÍDO

  • Datos, presupuesto y consejos para viajar a Colombia
  • Datos, presupuesto y consejos para viajar a Turquía
  • Consejos para ir al Parque Tayrona, Colombia
  • Consejos para comprar un pasaje de avión barato
  • Workaway Viajar barato trabajando
  • Qué ver y qué hacer en Bogotá

Archives

ESTE BLOG HACE PARTE DE…

Hispanic Travel Bloggers
Confidentialité et cookies : ce site utilise des cookies. En continuant à naviguer sur ce site, vous acceptez que nous en utilisions.
Pour en savoir plus, y compris sur la façon de contrôler les cookies, reportez-vous à ce qui suit : Leer más
Afficher plus...
Suivez-nous sur Instagram
  • Adresse mail
  • Facebook
  • Google
  • Instagram
  • Twitter
  • YouTube

Copyright © 2019 · derechos reservados patoneando.com

loading Annuler
L'article n'a pas été envoyé - Vérifiez vos adresses e-mail !
La vérification e-mail a échoué, veuillez réessayer
Impossible de partager les articles de votre blog par e-mail.